▶El objetivo de este tipo de sesiones se centra en provocar adaptaciones de nuestro organismo para responder muscularmente cuando no podemos recurrir a la principal fuente de energía (glucógeno).
▶Nuestro organismo reacciona obteniendo la energía a través de las grasas y la proteína. Pero nuestra fuerza y potencia muscular disminuye considerablemente pasando a tener una sensación conocida como ‘pájara’.
▶Si el organismo se acostumbra a rendir en esta situación obtendremos mejoras considerables. Pero es muy importante saber regular las intensidades de este tipo de sesiones para que nuestro estado de forma no se vea afectado.
▶Un corredor acumula 400-500gr (aprox) de glucógeno en su organismo. Cuando realizamos una actividad superando el umbral láctico (anaeróbico), el principal sustrato energético se consume en 2 horas aproximadamente. Y desde ese instante, el organismo recurre a las grasas para la obtención de energía.
▶En una carrera de media/larga distancia, aunque vayamos avituallando, llegará un momento que nuestros depósitos estén disminuidos o prácticamente vacíos.
▶Acostumbrar al cuerpo con entrenamientos en ayunas ayudará a responder muscularmente en esta situación de limitación de energía.
¿Cómo aplicar los entrenamientos en ayunas?
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🔸Limitar entrenamientos semanales. Máximo 3-4 sesiones.
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🔸Regular intensidad de la sesión: entre el 65-70% de nuestro VO2max. Es la zona donde se utilizan de forma exclusiva las grasas.
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🔸Nunca realizar entrenamientos de calidad en un entrenamiento en ayunas.
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▶Si incluimos este tipo de sesiones en nuestra planificación obtendremos 2 importantes beneficios:
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✔ Flexibilidad metabólica acostumbrando al cuerpo para utilizar las grasas como fuente de energía.
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✔ Perder grasa. Una buena opción si tenemos la idea de afinar de cara a nuestra próxima competición.