La densidad del entrenamiento depende de la duración del esfuerzo y la recuperación del mismo.
La forma en la que apliquemos esta densidad, puede resultar clave para la mejora del rendimiento.
¿CÓMO PODEMOS TRABAJARLA?
Disminuyendo los descansos entre una sesión y la siguiente.
Pongamos un ejemplo:Después de una tirada larga de montaña de 3 horas, necesitaremos un tiempo de recuperación elevado para recuperarnos y es probable que al día siguiente tengamos que descansar.
Realizar este tipo de entrenamientos para la media/larga distancia es muy habitual y también necesario. Ya que necesitamos saber cómo trabajamos muscularmente a partir de las 2h/2h30 de esfuerzo, como rendimos con los depósitos energéticos más limitados, etc. Pero te dejo una propuesta alternativa para que puedas combinar con la tirada larga del fin de semana.
Podemos sustituir la tirada larga de 3h por dos sesiones consecutivas que en su combinación sumen un volumen mayor de tiempo, distancia y desnivel.
Sábado mañana: 16km y 600+.
Domingo mañana: 18km y 800+
Total: 34km, 1400+ y 4h (aprox) de entrenamiento.
¿QUÉ OBJETIVOS TIENE?
Que el cuerpo tenga capacidad de respuesta en un estado de fatiga ‘controlable’.
Potenciar una mejor recuperación tras los entrenamientos.
Mayor capacidad de eliminar la fatiga.
Posibilidad de entrenar a mayor intensidad en cada sesión.
Asimilar mayor volumen de cargas (tiempo-distancia-desnivel).
¿Lo pruebas?